viernes, 7 de agosto de 2009

La hojarasca

Se fue la hojarasca
y tras de ella tú.
Quedaron las ventanas clausuradas
y la puerta con el cerrojo puesto.
Vino el viento
y con él el hastío.
Venía cargado de un olor
a sentimientos guardados,
palabras acalladas
por el pasado.
A todo un futuro echado
por la borda
por nuestros miedos.

Le temíamos a la buenaventura,
a los días soleados.
Vimos aproximarse
un porvenir de amaneceres cálidos
y corrimos a protegernos
tras la fría máscara de la costumbre.

Se fue la hojarasca
y tras de ella las ilusiones,
perdimos la capacidad de asombro
ante la trivialidad.
La flor del deseo
se marchitaba ante tu aliento.
El calor de nuestras manos
ya no era suficiente
para consumir el mundo en instantes.

Vino el viento,
llego al vacío.
Este basto desierto
llamado tu recuerdo.
Clausure las ventanas,
le puse el cerrojo a la puerta.
Estoy sentada en medio
del camino en espera
de que me arrolle
la próxima hojarasca.

Escrito el día 17 de Mayo del 2005

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