sábado, 9 de julio de 2011

De como terminé en un libro (Until the end of the world...)

A Ranulfo



Empecé a escribir a los 14, a los 15 publicaron mi primer “poema” en la secundaria. Cada mes, durante el tercer año un texto mío apareció en el Papiro, publicación gratuita que distribuía mi maestro de literatura. Le escribía poemas en secreto y él los publicaba, claro hasta que me le declaré.

En la preparatoria llené dos libretas. Una con poemas dedicados postmortem y otra dedicados a quien fuera mi amor los siguientes dos años.

Una libreta más fue para Rubén, quizás la más bella de todas: hecha con cartón corrugado y hojas de papel de estraza. Se la compré a un chavo en un puente peatonal.

Después de eso, escribí en donde me llegaban las ganas. Desde hace 6 años, tengo una libreta inconclusa. Dos de esos 6 años están en mi muro de Twitter; tal vez no tan desperdiciados, 16,800,000 caracteres regados por la red.

El 25 de enero, Librerías Gandhi lanzó la convocatoria para publicar “El Último Libro Del Mundo”. Desde un principio me enamoré de la idea, había demasiadas cosas en mi cabeza, euforia… y (-----).

Incluyeron mi texto. Incluyeron esa historia que más tarde (-----) decidió borrar de su vida. Mientras ese libro exista, (-----) y yo existiremos. 

Que alguien se tome la molestia de publicarte es uno de los grandes premios que le pueden dar a un escritor. Lo es aún más para mí que soy un remedo, que abuso de las letras para desahogarme. Para darme placer. Son ellas mi cómplice, el líquido revelador de mi verdadero yo.