martes, 28 de octubre de 2014

Un día




Tarde o temprano, te observas en el espejo y te das cuenta de tu propia existencia; esa existencia es finita: las arrugas aparecerán inevitablemente, los dientes se caerán, perderás el cabello, el oído y la vista. 

Por ahí de los treinta y con un poquito de visión, imaginas cuál de tus vicios te llevará a la muerte: tal vez abusas del cigarro, de la comida, del alcohol o de las situaciones peligrosas en las que te metes porque la vida es aquí y ahora. O de plano no abusas de nada y sabes que tarde o temprano te vas a morir de aburrimiento. 

No estás preparado para nada más que para tu propia muerte si eres honesto contigo mismo.

Puede que un día te digas: "Si muero esta noche, no hay problema. Me voy en paz".

Es la muerte de los otros la que duele. Se va tu abuela, tu madre, tu padre o tu hermano. Se va ese perrito que adorabas. Todo se muere tarde o temprano. 

Todos se van, por enfermedad o por edad. Te repites mil veces que era lo mejor, que ya está descansando (que se adelantó a esperarte y cuidarte desde el cielo si te aventuras a creer), pero en el fondo hay algo que no te deja descansar.

¡Eran tuyos! ¿Por qué te los quitan? No podemos dejar atrás el egoismo, porque somos humanos y nos corre la sangre por las venas. Porque se te hacen más pesados los recuerdos, porque con ellos se derrumban tus planes y te dejan como un niño desamparado. 

Hay muertes que te dejarán un poquito roto para siempre, que no se te olvide.





viernes, 17 de octubre de 2014

Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes...





Hoy me acordé de ti, Alex. De mi bombón, músico, médico.

Me acordé de esa alegría que sentía cuando leía un mensaje tuyo, cuando me contabas que ya tenías que ir al cole porque en España ya estaba amaneciendo, cuando me decías que extrañabas a Rebe. Me acordé de cuando alentada por ti intenté dejar de fumar. 

Me acordé de tus locuras, tus viajes y nuestros sobrenombres. Me acordé del emoticón que hice para el messenger y que sólo usaba contigo: un bombón.

Me acordé de las canciones que me cantaste y que estúpidamente no respaldé y perdí. 

Me acordé de que sólo tú estuviste ahí, esa noche después de que murió mi abuela. Lo primero que hice fue despertar y buscarte en línea y sí, ahí estabas. No te fuiste al cole hasta que te prometí que trataría de dormir de nuevo, que me hiría a babear la almohada porque tú me lo pedías.

Hoy me acordé de tu sonrisa, de cómo me iluminaste la vida al pasar por aquí y sonreí y desee que estés bien, donde quiera que te encuentres.







sábado, 11 de octubre de 2014

11 de octubre





No fue una buena semana, más bien fue como una resaca.

Hoy, la glucosa se elevó y el ánimo anda por los suelos. 

Hoy es uno de esos días en que quisiera caminar sola, lejos, escuchar música hermosa.

Hoy es un día difícil. 



domingo, 5 de octubre de 2014

Pregunta




— ¿Y entonces harías lo que sea por mí?
— Sí, lo que sea.
— ¿Irías hasta el fin del mundo por mí?
— Sí, iría hasta el fin del mundo por ti.




Y es que para él, ella era el principio y fin de su mundo.