jueves, 17 de noviembre de 2011

Los acentos

¿Y sí los acentos se crearon para darle a las palabras el valor que nos falta?

¿Serán la manera de marcar esas palabras en nuestra conciencia, en la mente o incluso el alma?

Acentuar el pasado. El recuerdo de lo que amé, lo que besé, lo que toqué, lo que acaricié. Nunca olvidar a aquel que murió.

Acentuar el futuro. Triunfaré, amaré, disfrutaré, soñaré. Mantendré la esperanza de que olvidaré los acentos de mi pasado.

El presente sin acento, siempre atrapados entre lo que pasó y lo que será.

Siempre preocupados, maniáticos porque no falte ni una sola de esas tildes, que no le falte a cada palabra la intención que debe tener. Que no le falte ni un solo acento a mi cobardía.

Decir "Se acabó." porque nunca se dieron cuenta de los acentos en las miradas y en los besos. "Se acabó." acento como punto final.

"¡Te mataré!", acento sin escapatoria.



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Los Acentos por Fátima Isabel Pérez Palacios se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en unapijamadesedadetaiwan.blogspot.com.

martes, 1 de noviembre de 2011

El Fin Del Mundo. La Palabra.

Y entonces llegó el fin de todo. El hombre siempre pensó que las cosas
del cielo caerían y así  empezaría el fin, pero no.

Las palabras que el hombre siempre se guardo por temor, por vergüenza,
por orgullo empezaron a salir de su boca, de sus manos, de su cabeza.
Incluso de las tumbas y criptas se vio y escuchó como nubes de sonido
se elevaban al cielo y lo nublaban.

Todo empezó como un murmullo y las palabras terminaron en griterío.
Muchos murieron porque el ruido rompió sus oídos.

Pasaron los días y ese cielo nublado empezó a oscurecerse. Se
escucharon truenos y todos salimos a la calle atraídos por el olor de
la nostalgia convertida el olor a tierra mojada. La lluvia, las
palabras empezaron a caer sobre nuestras cabezas como gotas de fuego
quemándonos la piel. Algunos pudimos resguardarnos.

Pasamos semanas arriba de las sillas, de los muebles; sentados en las
bardas más altas. El diluvio de palabras se anegó y los cielos se
abrieron; las letras que formaban las palabras se mezclaron y
comenzaron a cobrar vida.

Animales de fantasía surgieron de ese caldo; flores, unicornios,
árboles de bellos frutos... Y lobos. Las más horribles bestias
carroñeras se formaron a partir de tanta palabra de odio, dolor y
desesperanza. Esas bestias corrieron a refugiarse a los bosques, a los
montes y a las selvas; merodean por las noches buscando comida.
Hacemos guardias para vigilar que no se acerquen; cantamos y contamos
historias, las voces que huelen a secreto son su alimento preferido.

Hemos sobrevivido, con mucho esfuerzo. Ahora nos enfrentamos a otro
mal: hay personas que mueren desesperadas por escribir. Se rompen los
dedos, las manos, los brazos al escribir contra las piedras toda clase
de palabras, enunciados, frases sin sentido.

Al final, todo aquello que nos guardamos, todas las palabras que nos
tragamos nos mataron.

Yo moriré desangrada después de este punto final. Licencia Creative Commons
El Fin Del Mundo: La Palabra. por Fátima Isabel Pérez Palacios se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en unapijamadesedadetaiwan.blogspot.com.