sábado, 10 de noviembre de 2012

El mito de la tormenta

Un pequeño científico hizo un gran descubrimiento una tarde nublada.

Guiado por su curiosidad, entre salto y salto por la acera, descubrió la forma más sencilla de producir prodigios naturales. Su madre le había pedido que no lo hiciera, pero su hambre de saber pudo más que la advertencia.

Algún día alguien hablará de su cara de felicidad por el resultado del experimento. Un gran brinco sobre el agua que reposa en la calle. Una carcajada que calla el rayo que ilumina el cielo. La lluvia que se desata por el encanto de su risa.

La capacidad que tiene el charco de convertirse en tormenta.

Epílogo

Dicen que la mamá del científico se enojó al ver las calcetas llenas de lodo.

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