viernes, 22 de abril de 2011

Yeah, this is good bye... Digo, ¡NO!

Debo confesarlo, pensaba cerrar este blog.

Hace un par de días, la idea pasó por mi cabeza, pero pensándolo bien este blog pitero no tiene la culpa de que lo haya convertido en un paño de lágrimas. No tiene la culpa de haberse convertido en el catálogo de fracasos amorosos y demás cuitas mentales habidas y por haber que se han presentado en menos de dos años.

*Toma aire*

Ok, sigamos.

En el he escrito ideas, intentos de poema, intentos de cuento que se me han ocurrido no sólo de dos años a la fecha también hay cosas que he escrito en el pasado cuando la hoja en blanco no significaba para mí un reto ni un monstruo debajo de la cama.

Hay cosas en este blog, querido lector, que usted me ha hecho el favor de chulear (mi ego se lo agradece) y que por lo tanto no quiero borrar.

En estas semanas, que por cierto también he permanecido parcialmente alejada de Twitter, han llegado finales. Una pasión terminó aplastada por un témpano (dicen los que saben que las grandes pasiones terminan así), un lunar se fue y mi paz mental (para que lo niego) también.

Y haciendo analogías... Los resultados de patología me los entregan la próxima semana; como parte del proceso de resección, el lunar tenía que ser analizado. Hay un 90% de probabilidades de que no haya células cancerosas. (Quiero pensar que esto me da esperanzas de que mis enfermedades/traumas/manías mentales tendrán cura y alcanzaré la tan anhelada "Peace of mind".)

La cicatriz va cerrando, dicen los que la han visto que con una rápidez que no hubieran imaginado. Arde, da comezón y muchas veces se me ha olvidado que está ahí y me lastimo. Ya no sangra. (Quiero, deseo que lo mismo pase con mi corazón. Que llegue el día que al ver a quién durante 6 meses llamé "amo", ya no dolerá. La cicatriz estará ahí pero los ojos no se llenarán de lágrimas.)

La constante en mí: La resistencia al cambio. Me veo en el espejo y busco mi lunar. Me resistí durante meses a dejarlo ir, quise darle mi cariño, ese amor que de verdad llegué a sentir pero fue inútil. Le di lo que quiso y pidió, ya tendré mi recompensa (o eso deseo).

Por lo pronto sí, sigo muy confundida pero sé que todo es un proceso y habrá días que me sentiré muy triste pero llegará el momento en que ya no me duela. Llegará el momento en que pueda regresar a mis caminatas porque la cicatriz habrá cerrado y ya no hay peligro de infección.

Y llegará el momento en que deje de hacer tanto drama y deje que la vida fluya como debe ser.

Vuelvo a escuchar The Return Of Innocence y un nudo se forma en mi garganta. Ni modo, a empezar de nuevo... pero, como dice la canción que a continuación suena: "Los gatos como yo caen de pie..."

2 comentarios:

la lula dijo...

No lo cieeres! quedate para que pueda leerte, elogiarte , compararte y tratar de entenderte.

Chris Grissom dijo...

Sería un grave error cerrarlo! Yo cerré mi cuenta de tuiter y aunque si me dolió, era necesario empezar de 0 y tener un espacio real donde dejarlo salir todo sin la mirada juiciosa de quienes me conocen...también pensé en cerrar mi blog...pero como dices bien, que culpa tiene mi espacio? Es la única parte donde me permitiré guardar recuerdos...esperando que la herida se cierre sola...y pronto. Ánimo!!! ;)