Me quedo en este pedazo de tierra arrugado, sediento y que en sus adentros guarda el verde y el azul más místicos.
Me quedo en este país narrado por Fuentes, con sus regiones transparentes escenificado en los espacios de Barragán.
Me quedo la niñez de José Emilio y la pasión de Mastretta.
Me quedo con los paísajes de Velasco y las caras de Rivera. Me quedo con el sabor de las frutas de Tamayo y la fuerza de la piedra expuesta por Tamariz.
Me quedo con las noches de fiesta de Novo y la música de Moncayo.
Me quedo en este país.